Qué es la educación dual y cuál es su importancia
La educación dual es un modelo educativo que permite alternar entre clases teóricas y prácticas en una empresa, de manera que el estudiante no sólo aprende en el aula, sino que también se forma en un entorno laboral real. Esta formación combinada tiene sus orígenes en sistemas como el alemán, pero se ha adaptado exitosamente en contextos latinoamericanos, incluido el peruano.
En Perú, su importancia es demostrada en la dinámica del sector. El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), a través del programa Jóvenes Productivos, utiliza la educación dual para capacitar a jóvenes en industrias clave y facilita su integración formal y rápida al mercado laboral. Asimismo, esta modalidad contribuye a formar técnicos con experiencia específica y aptos para aportar desde el inicio.
Fundamentos y conceptos clave de la educación dual
La educación dual implica que el estudiante dedique parte de su tiempo a clases teóricas y otra parte a la formación práctica, supervisado por un tutor, lo que le permite desarrollar competencias técnicas y profesionales. Un aspecto básico de este sistema es la colaboración público-privada, es decir, las empresas participan activamente en la formación, mientras que las instituciones educativas diseñan planes que responden a las necesidades productivas.
Desde el punto de vista teórico, la educación dual se basa en modelos de formación en el lugar de trabajo, combinados con enseñanza teórica. En Perú, los programas duales suelen durar tres años, con una proporción aproximada de 80% práctica en la empresa y 20% teoría en el centro de formación. Pero, es importante saber que la formación dual no solo es técnica, también es un modelo de capital humano que promueve la empleabilidad, mejora la inserción formal y contribuye a reducir la falta de empleo en jóvenes.
Aplicaciones prácticas de la educación dual
La educación dual en Perú se demuestra a través de estudiantes que no solo estudian, sino que se adentran en proyectos reales, adquiriendo experiencia relevante antes de egresar, sea en empresas públicas o privadas. Una aplicación concreta y reciente se dio en el marco del programa Jóvenes Productivos del MTPE, en el que 18 jóvenes capacitados bajo el modelo dual firmaron contratos laborales con empresas del rubro textil. El profesional no solo aprende, sino que se convierte en trabajador con beneficios y seguridad.
Por otro lado, existen también modalidades en que los estudiantes asisten a clases dos días a la semana y en los otros tres o cuatro trabajan en empresas. Así, al graduarse ya cuentan con hasta dos años de experiencia, un requisito valioso para su perfil profesional. También, desde la educación básica regular, investigaciones recientes han estudiado cómo el aprendizaje dual contribuye al desarrollo de competencias técnico-productivas en estudiantes de quinto de secundaria.
Normativa, buenas prácticas y ética de la educación dual
La educación dual en el Perú aún no cuenta con un marco normativo tan robusto como el de países con tradición dual, pero sí existen referencias importantes. El Ministerio de Educación ha impulsado lineamientos para prácticas preprofesionales y modalidades formativas laborales que buscan garantizar que el estudiante no sea tratado como mano de obra barata, sino como aprendiz.
En cuanto a la ética, las buenas prácticas internacionales recomiendan que las empresas cuenten con tutores capacitados y planes reales de aprendizaje. Países en Europa enfatizan el respeto al ritmo académico del estudiante y la transparencia en los criterios de evaluación. Asimismo, se promueve que la experiencia laboral no sustituya la formación teórica, sino que la complemente.
Herramientas y metodologías para la educación dual
Para llevar a cabo un programa de educación dual, se requiere coordinación entre instituciones educativas y empresas. En Perú, esto se realiza a través de convenios formales que definen funciones, responsabilidades y tiempos de alternancia teórica-práctica. En cuanto a herramientas de seguimiento, las empresas formadoras suelen asignar tutores laborales que monitorean el desempeño del profesional en formación y evalúan su progreso.
Desde el lado institucional, los centros formativos utilizan currículos diseñados pensando en la dualidad, es decir, planean los módulos de formación teórica y las tareas prácticas basándose siempre en proyectos reales de la empresa. Además, digitalmente, herramientas como plataformas de gestión de aprendizajes (LMS) pueden facilitar la comunicación entre estudiantes, instituciones y empresas. Permiten reportar avances, registrar tareas y recibir feedback formal.
Tendencias y desafíos futuros de la educación dual
Una tendencia muy relevante en Perú es la inclusión de la educación dual en las políticas nacionales. Actualmente, esta modalidad está incluida en la Política Nacional de Empleo, lo que fortalece su alcance con el respaldo del Estado, el sector productivo y académico. Este impulso oficial abre más oportunidades para jóvenes de todo el país y apunta a reducir la pobreza al insertar jóvenes en empresas con contrato formal.
Sin embargo, existen desafíos importantes. Uno de ellos es la limitada participación empresarial: aunque algunas compañías ven la formación dual como una inversión, muchas aún no comprenden su valor y no se comprometen activamente con los programas. También está la la falta de acceso de gran cantidad de jóvenes a empresas formadoras o a institutos que implementan la modalidad dual. Esto limita su alcance en regiones más alejadas o con menor presencia del Estado.
Educación dual, ¡menos teoría y más acción!
La educación dual en Perú se presenta como una oportunidad poderosa para construir modelos educativos más flexibles y efectivos, en los que los jóvenes no solo estudian, sino que también trabajan y aportan al mercado laboral antes de culminar su formación. Al combinar enseñanza en el aula con prácticas reales en empresas, se cubre la necesidad de una fuerza laboral más cualificada y alineada con las demandas del mercado.
Para que se fortalezca esta área de estudio, se debe resaltar la colaboración entre el Estado, empresas y centros educativos, generar más convenios, capacitar a tutores y desarrollar políticas inclusivas. También es fundamental asegurar que los programas duales lleguen a zonas más vulnerables del país, para que todos los jóvenes se beneficien.
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